El oso pardo ocupaba originariamente la práctica
totalidad de Europa y Asia, gran parte de la mitad oeste de Norteamérica y
algunas zonas de Oriente Próximo y del Magreb. Y aunque esta área se ha ido
reduciendo progresivamente en los últimos siglos, todavía es muy extensa, hasta
el punto de que en ella se estima que aún habitan entre 200.000 y 250.000
ejemplares, un número realmente notable para un carnívoro de su talla.
Los osos pardos ocupan una gran variedad de hábitats, desde semidesiertos fríos, como sucede en el Gobi (Mongolia), hasta zonas costeras o la tundra ártica, como ocurre en Alaska. Sin embargo, su hábitat preferido es el forestal, por lo que se trata de uno de los mamíferos más característicos de los extensísimos bosques de coníferas de la taiga siberiana o escandinava, de los bosques mixtos del este de Europa y de los Pirineos, o de los bosques caducifolios de hayas, robles y abedules de la Cordillera Cantábrica. Las pequeñas poblaciones de osos que resisten en la Europa occidental están vinculadas a los macizos montañosos más agrestes, donde el acoso humano es menor.
Los osos pardos ocupan una gran variedad de hábitats, desde semidesiertos fríos, como sucede en el Gobi (Mongolia), hasta zonas costeras o la tundra ártica, como ocurre en Alaska. Sin embargo, su hábitat preferido es el forestal, por lo que se trata de uno de los mamíferos más característicos de los extensísimos bosques de coníferas de la taiga siberiana o escandinava, de los bosques mixtos del este de Europa y de los Pirineos, o de los bosques caducifolios de hayas, robles y abedules de la Cordillera Cantábrica. Las pequeñas poblaciones de osos que resisten en la Europa occidental están vinculadas a los macizos montañosos más agrestes, donde el acoso humano es menor.
Incluido
dentro de los carnívoros, se considera al oso como un perfecto omnívoro, capaz
de comer e ingerir los más variados alimentos, de modo que su dieta
prácticamente incluye todas las materias digeribles, aun cuando van a estar
condicionadas por las disponibilidades alimenticias de una zona y época del
año. Así consume vegetales como frutos otoñales (madroños, castañas, uvas,
arándanos, frambuesa, endrinos, etc.), setas, babosas, caracoles, insectos y
dentro de estos particularmente hormigas y sus huevos, las que come en gran
cantidad, para lo que levanta con sus zarpas los hormigueros, así como abejas y
panales de miel; también incluye en su dieta a los reptiles, como culebras,
lagartos o lagartijas, los anfibios, particularmente a las ranas; aves y
huevos; así como mamíferos y micro mamíferos; además de peces, de los que el
salmón es su bocado preferido. Todo ello sin desdeñar la carroña.
También
perseguido por sus ataques a los cultivos, al ganado doméstico, tanto ovino
como vacuno, así como por los daños que ocasiona a la caza mayor, como ciervos,
jabalíes, cabras montesas o rebecos, ha motivado la necesidad de establecer
sistemas compensatorios de indemnización a los afectados por los daños
ocasionados.
En
cuanto a los sentidos, el más desarrollado es el olfato excelente, finísimo del
que depende mucho para su supervivencia y búsqueda de alimento. El oído, lo
tiene también muy desarrollado y es extremadamente agudo y desarrollado. Por el
contrario la visión no la tiene muy desarrollada, aunque puede ver los colores
durante la noche. A larga distancia reconocen formas pero no detalles, y
detectan mucho mejor animales u objetos en movimiento que inmóviles. En algunas
situaciones desfavorables pueden erguirse sobre sus patas traseras para
aumentar su campo de visión. Gracias a este mecanismo pueden detectar a larga
distancia muchas de sus fuentes de alimento y también el estado sexual de otros
ejemplares durante la época de celo.
El
oso se considera una especie relativamente reciente en su aparición en el
planeta, estimándose que su antepasado fue un mamífero hoy extinguido llamado Hemicyon,
que se considera antepasado del oso y las hienas y que daría paso a otro
antecesor más, el Ursavus, que habitó hace unos 20
millones de años, estimándose que el oso pardo actual apareció como especie en
el Plestioceno Inferior.
En torno
al sueño invernal del oso, hay publicado todo un mundo literario, al haber
atraído desde la antigüedad al hombre. Por lo general el oso se retira a
invernal a la llegada de los primeros fríos del otoño, aunque pueden producirse
algunos retrasos en años benignos. Normalmente inverna en cuevas o grutas de
poca profundidad, aunque también puede hacerlo encajonado en grandes troncos
huecos. Los osos menores de tres años de edad invernan en grupo, mientras que
los de mayor edad lo hacen solos. La osera es cuidadosamente acondicionada para
el invierno, para lo que es recubierta con musgo, helechos, hojas y ramas
secas, formando una confortable cama, tapando la entrada con ramas. Durante las
primeras semanas de encierro el oso sale frecuentemente al exterior, en
ocasiones a diario, para defecar y orinar, pero poco a poco las salidas se
harán más esparcidas hasta cesar.
Este
sueño invernal del oso no constituye una verdadera hibernación, sino que sume
al oso en un estado llamado de sopor, en el que puede efectuar esporádicas
salidas, ya que el oso no entra en un verdadero letargo, ni siquiera en un
profundo sueño, sino en un estado de sopor en el que sus sentidos permanecen
alerta.
Con la
llegada de la primavera el oso recobrará su actividad. El animal vuelve todos
los años al mismo lugar de invernada a no ser que sea molestado o se produzca
alguna grave contrariedad.
Gracis me sirvio para el colegio!! muy buena informacion, te felicito!!
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ResponderEliminarlol
ResponderEliminarNjrjfirig
ResponderEliminarverga
ResponderEliminarchupito y chupame se hicieron vegetarianos chupito pidio acelga y chupame la berenjena
ResponderEliminarputataatatattaa que adaptacion es
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